Hoy quisiera hablar sobre algo que seguramente muchos de nosotros conocemos muy bien: el estrés.

Yo creo que a hasta darse un baño uno tiene la sensación de llegar tarde. A veces realmente pienso que pedimos y exigimos, tanto del mundo, como de nosotros, que respondamos y procesamos tan rápido como nuestros smartphones. 

El estrés, el «trending topic» del siglo XXI, es como una sombra que un poco nos -mal- acostumbramos a que nos siga a todos lados… Es esa presión que sentimos cuando enfrentamos situaciones complicadas en la vida, el trabajo, los estudios, ¡e incluso las relaciones!

Lo interesante es que cada uno de nosotros lidia con el estrés de manera diferente. ¿Por qué algunos parecen manejarlo con facilidad mientras que otros se sienten abrumados por la mínima cosa?

Bueno, eso es lo que vamos a explorar juntos.

Resulta que todo se reduce a cómo percibimos y valoramos las situaciones. Por ejemplo, lo que para uno puede ser un pequeño obstáculo, para otro puede ser una camino sinuoso. Cuanta mejor percepción y valoración propia y de nuestros recursos, menor dificultad encontraremos en los posibles estresores. 

Hablemos un poco de los estresores más comunes.

¿Han experimentado esa sensación de presión cuando sienten que deben cumplir con un estándar muy alto?

O ¿la frustración cuando algo o alguien se interpone en el camino de sus metas?

La presión y la frustración son los estresores más frecuentes. También, lo son los conflictos, eso que sucede cuando tenemos dos ideas que se chocan y no coinciden.

Es importante saber que está estudiado que el momento de mayor estrés no se padece cuando vivimos una situación que percibimos como peligrosa si no, justamente en los momentos previos. Es decir, que la presión, la frustración y los conflictos producen más estrés que la situación en sí. 

Y ¿qué pasa con el impacto que el estrés tiene en nuestro cuerpo? El estrés prolongado puede hacernos sentir como si estuviéramos en una batalla constante. Nuestro cuerpo trabaja horas extras, porque biológicamente nuestros sistemas actúan de forma acelerada, lo cual no es natural ¡y tampoco saludable en absoluto!

Pero no se preocupen, no todo está perdido. Hay un montón de estrategias para manejar el estrés. Desde respirar profundamente hasta reírse a carcajadas viendo su serie favorita (¡sí, en serio!). Otra forma natural de combatir el estrés es abrazar a las personas que amamos. Cuando lo hacemos, liberamos una hormona llamada oxitocina que tiene eficientes efectos calmantes. 

Algo fundamental a tener en cuenta, es que está bien pedir ayuda cuando la necesiten.

No somos superhéroes. Pedir un consejo, formarse en un tema del cual no sabemos mucho o simplemente sentirnos escuchados puede ayudarnos a mantenernos en calma. 

Hay que saber que no se puede estar estresado y en calma al mismo tiempo. Así que a veces es cuestión de buscar recursos que nos generen esta emoción más que seguir insistiendo con esfuerzos sobrenaturales resolver todo YA MISMO. 

Así que, respirar profundamente, reír mucho, rodearse de seres queridos y mantener una vida saludable son ingredientes fundamentales para combatir el estrés. 

 

Autora: Belén Carriquiri

Fotografía: energepic.com