Crecer incomoda.
Al menos a mí, me dolían muchísimo las piernas cuando era niña, y mi mamá me decía: “Te duelen porque estás creciendo, Belén. Vas a ser más alta”. Me pregunto… ¿cuántas veces nos quedamos “cómodas en la incomodidad” porque nos duele crecer?
Muchas veces queremos cambios en nuestras vidas. Queremos un nuevo rumbo laboral, mudarnos, mejorar una relación.
Deseamos, pero nos chocamos con la frustración de no ver ningún avance. Sentimos estancamiento, esa sensación de que esto siempre va a ser así.
En esos momentos, es bueno preguntarse: ¿Qué intenté hasta ahora para cambiar?
Tomar lápiz y papel y enumerar nuestras “soluciones intentadas” nos ayuda a ver con claridad qué estamos haciendo y qué resultados obtenemos.
Muchas veces creemos que el cambio ocurre en la Zona de Performance, es decir, en el momento en que salimos a escena. Por ejemplo, cuando finalmente tenemos esa conversación difícil con nuestra pareja o cuando nos toca presentar un proyecto en el trabajo.
Pero la realidad es que, aunque el cambio se genera en el hacer, primero debemos preguntarnos: ¿qué venimos intentando y haciendo realmente?
Muchas veces, necesitamos movernos de la Zona de Performance a la Zona de Aprendizaje.
Para clarificar este concepto, doy un ejemplo:
Si me dedico a dar clases, mi Zona de Performance sería el aula. Claro, con la experiencia, mejoraré algunos aspectos, como los nervios iniciales, que se disiparán con la práctica. Pero llegará un punto en el que, si no sumo algo extra, mi rendimiento se estancará.
Ahí es donde entra la Zona de Aprendizaje: conversar con colegas sobre técnicas expositivas, realizar un curso, practicar mi oratoria en otros contextos, etc.
Si mi Zona de Performance siempre es el encuentro (o desencuentro) con mi pareja, podría moverme a la Zona de Aprendizaje y por ejemplo, revisar mi forma de comunicarme, adquirir herramientas, intentar nutrir el vínculo.
El cambio no sucede solo cuando actuamos, sino también cuando aprendemos a actuar de otra manera.
Para transformar nuestra realidad, a veces, debemos desafiarnos, salir de la comodidad y animarnos a hacer algo diferente.
Porque crecer incomoda… pero nos hace más grandes.
Autora: Belén Carriquiri